3.31.2007

Mudanzas

La verdad es que me he mudado pocas veces en mi vida, siempre he considerado que eso es algo muy chido en mi vida, he vivido en varios lugares, pero mudanzas he tenido pocas...
La semana pasada me mudé de departamento, ahora vivo un poco más cerca del centro de coyoacán, jaja, no me quejo, pero ah qué cansado es empacar, sobretodo cuando tienes mil y un chunchecitas o cochinaditas como diría mi mamá... todas las cosas que tenía pegadas en mis paredes pasaron a hacer 3 montículos de hojas, mi antiguo departamento se veía muy raro sin esas cosas, no lo sentía como mio.
Ahora no tengo internet, sufro en verdad, realmente soy muy dependiente al internet. No tengo mesa ni sillas, y siento que he adoptado actitudes japonesas (quitarme los zapatos antes de entrar, comer en el suelo, acostarme en el suelo, hasta ganas me dan de comer sushi).
Bueno, esa es la razón por la cual he estado ausente de bloguilandia, pero pronto regresaré, cuando logre tener internet.
Quien sabe cuántas mudanzas más tendré en mi vida, sólo sé que me cuestan trabajo sentimentalmente más que físicamente.
saludos y abrazos a todos ;)

3.20.2007

homenaje a Tintancito


















A mis 5-6 años mi abuelita tenía la cantidad asombrosa de 42 canarios en la casa, era horrible intentar ir a lavar algo al lavadero, quedabas sordo por unas fracciones de segundo de tanto chifladero. La causa de tanto canario era una pareja un poco primaveros por siempre, jajaja, a cada rato ponian huevitos, era el chiquitín (un canario color amarillo con café) y la blanquina (blanca con negro), y sus hijos salían casi de todos los colores, hasta había uno de color como anaranjado, después de 4 camadas algo raro pasó, la blanquina tiró uno de los huevos fuera del nido, mi abuelita lo volvió a poner dentro, yo le dije que no lo hubiera puesto, que en mi libro de animales decía que si lo aventaban era porque algo estaba mal y que nunca iban a cuidar del pajarito, pero mi abuelita dijo que ni cuenta se iban a dar.... pasaron los días y un viernes que regresaba de la escuela fui a asomarme a ver si ya habían nacido, y así era, muchos pajaritos sin plumas, ciegos y enclenques, siempre me daban risa y me les quedaba viendo e imitándolos. De pronto vi que en el trastecito de su comido había otro pajarito, y fui corriendo a decirle a mi abuelita. Lo sacamos y no lo volvimos a poner en el nido.
Recuerdo revisar libros de animales, de gestación de aves, y haber llamado al veterinario para consultar qué podíamos hacer, me dijo que lo alimentara con pan y leche y un palillo y que piara para que abriera su boca, y así lo hice, por mucho tiempo... Lo llamé Tin tan, comía junto a él, lo dormía en unos silloncitos de madera (como el de la foto que yo tomé con mi primer cámara, notese el pésimo enfoque). Lo dejaba suelto dentro de la casa, y cuando se acercaba la hora de que yo llegaba de la escuela, Tin tan se acercaba a la puerta y en cuanto la abría volaba hacia mi hombro o mis manos... Jugaba con él a los carritos, a los caballos y los apaches, hacía la tarea junto a él y lo llevaba a pasear, no se separaba de mi, con trabajos me dejaba ir al baño.
Pero las cosas no terminaron bien, mi mamá, mi papá y yo salimos de vacaciones, mi abuelita se quedó en casa y a los 2 días decidió meter a Tin tan en una de las jaulas. Un día olvidó cerrar bien la puerta, y era el momento en donde yo llegaría de la escuela. Tintancito me esperó en la puerta, pero no llegué yo sino un gato y ahí se terminó su historia.
Lloré por mucho tiempo, y estuve enojada con todos porque de no haberme ido de vacaciones eso no hubiera ocurrido. Pero bueno, ya han pasado muchos años, le pongo su ofrenda en el día de muertos y muchas veces sueño con Tintancito.

narraciones del metro...quien dice que las manos de 74 años no tienen un mago por dentro?

Regresabamos de nuestro viaje al zócalo y Teotihuacán, veníamos cansadas, mi amiga Raph (de Francia) sólo pensaba en darse un baño y dormir, yo lo único que quería era un helado de limón. El metro avanzaba lentamente y el calor, sudor, y la hora llenaba la cara de todas las personas de una seriedad y hastio impresionante. Los niños lloraban, las personas gruñían en cada parada innecesaria del metro.
Pero llegó nuestra salvación, en San Antonio Abad (una estación que siempre se me ha hecho aburrida hasta por el nombre) se subió un viejito, sonriéndo y saludando a todos... Raph me preguntó que si estaba loco, yo sólo subí los hombros en respuesta de sepa la bola. Se paró enmedio del vagón, y pidió a todas las personas tomar un lugar sentados, o colocarse pegados a las puertas para dar visibilidad a todas las personas.
"Señoooooooras y señooooooores, niñoooooos y niiiiiiiiiñas, guapas (volteando hacia nosotras, jaja), dejenme darles un poquito de la alegría que he conseguido a través de los años... no se me espanten, pero mis manos han adquirido formas muy extrañas gracias a estas pelotitas (sacó 3 pelotas rojas del mismo tamaño y las empezó a mover entre los dedos de su mano derecha)... hoy verán magia, NO de la negra ni la blanca ni la azul ni roja, verán magia de la mia, magia viejita de 74 años!!!"
Así comenzó sus actos de magia, escondiendo las pelotitas, metiendolas a su boca y sacándolas, encontrándolas en el sombrero de una señora, en la lonchera de un niño... Siguió con el truco de la caja de cerillos, todos le cachamos su hilo de nylon, pero aún así, su forma de presentar sus actos resultaba gratificante... finalizó con el billete que convierte de 20 pesos a 200 pesos, jaja, y toda la gente dijo que sino puede hacer esa magia en sus carteras.
Todos reíamos con sus chistes, sus anecdotas de cuando comenzó a ser mago, de sus esposas y sus hijos...
La señora sentada a mi lado moría de la risa, sus carcajadas se oían hasta otros vagones, y era de esas señoras que se voltean y te dan golpecitos en la espalda y cosas así, como en seña de amistad, mi amiga Raph estaba sacada de onda, no entendía nada de lo que decía el mago y no entendía por qué la señora a mi lado se reía tanto y me decía tantas cosas y hacía tantos ademanes, yo intentaba hacer una traducción simultánea, pero pues con mi risa era casi imposible.
Finalmente el mago y nosotras bajamos en la misma estación, se quitó el sobrero y nos dijo, que tengan una buena tarde guapas, que las sonrisas que me regalaron les duren para siempre.
Raph me dijo que realmente le encantaba toda la creatividad de los mexicanos, sus formas de ver un día, la facilidad para reír, para compartir momentos, su facilidad de hacer amigos y compañeros de momentos como ese...
Yo me quedé pensando, no importa el calor, el cansancio, la sed y el sueño que tengo, un mago de 74 años con las manos medio deformes me ha regalado momentos de sonrisas y me siento mejor... qué chido es el metro y chilangolandia!!!!

3.17.2007

analines... oigo los cantos en mis ojos




Se escuchan sus cantos en la noche, sus cabezas son mis ojos, se abren y se mueven con los ruidos de la mañana. Los oigo cantar a media noche, los veo moverse como líneas en mis ojos y mi cara. Me quitan el sueño en las noches y me despiertan en las mañanas. Siento sus picos y mentes abriéndose a la par que mis ojos, las conversaciones fluyen a mi frente. Y ahora lo entiendo, no tienen alas, no tienen cara, viven en mis sueños y en mis pensamientos, y no pueden salirse de ahí, lloran, cantan, platican y no hacen nada.

3.14.2007

La fotografía...otra ventana a nuestro mundo

La última entrada que publiqué en este blog causó muchas opiniones, y por ello hoy decidí escribir un poco más sobre fotografía, después de todo, ha sido parte de mi vida y fue mi tesis de maestría.
Evitemos la historia tediosa de la fotografía, o los tecnicismos triviales, lo que yo quiero expresar aquí es la realidad de la fotografía. Hay varios tipos de fotografía, la que vemos y la que observamos, la que criticamos y la que contemplamos, la que sentimos y la que expresamos.
La fotografía para muchos es más que un hobbie o una pasión, es un trabajo. Gastan un dineral comprando rollos para conformar un portafolio, pasan horas sentados esperando que alguien los reciba en un periódico, revista, editorial, en donde sea, para que puedan presentar ese trabajo.
Finalmente lo logran, y consiguen ser fotógrafos de algo en específico, deportes, nacional, amarilla, roja, el color o sección que sea, ¡y aguántese aunque no sea lo suyo!
El fotógrafo enfrenta camaracasos en las entrevistas, frío, calor, guerras, desastres, hambruna, pobreza, dolor, y toma miles de fotos, de las cuales sólo una es la buena o 6 cuando mucho, y sólo con las buenas le pagan...
Vienen los concursos, manda una fotito, 2, sabiendo que las posibilidades son 1 en un millon o menos posibilidades si es en algún tipo de concurso internacional, no hay ventajas como en la literatura de que si tienes experiencia en obras publicadas o si tienes muchas exposiciones, o muchos contactos, no hay forma de saber cómo te irá, qué pensarán los jueces.
Da la casualidad que los jurados de un concurso de fotoperiodismo se apantallan más por las fotos sociales-espectaculares, de guerras, desastres, problemas en cualquier sociedad del mundo, y por ello muchas de las fotografías premiadas son esas, aquellas que nos plantean un problema global, que nos quitan la venda de los ojos, que desenmascaran al mundo.
Y claro, siempre hay gente que piensa que no es una forma "humana" y "respetable" de ganar dinero, pero caray, es un trabajo y es algo que se tiene que dar a conocer, y si es premiado es por el trabajo realizado, al igual que un premio nobel en literatura, o física, o biotecnología, al igual que un académico gana millones en alguna universidad porque en algún momento planteó una teoría muy radical que sirvió para dar partida a muchos procesos socioeconómicos, políticos o lo que sea.
El fotografo merece reconocimientos por su esfuerzo; rara vez, sino es que nunca, el fotógrafo de escenas de guerra, dolor, sufrimiento, se pone a pensar: caray, con esta foto voy a ganar el pulitzer o el premio de la worldpressphotography. En esos momentos tan caóticos, en esas escenas tan fuertes, lo que piensa el fotógrafo es en salvar su pellejo y en capturar un momento, un momento de nuestro mundo, en donde no todo es de color de rosa, en donde no todos tienen acceso a internet, a un blogger; en donde la cámara y el fotógrafo quedan conectados con la escena, la inmortalizan, la hacen revivir mil veces, en exposiciones (después de las premiaciones), en el periódico o la revista para la cual trabajan.
“You photograph here, you photograph there, you speak with people, you understand people, people understand you. Then, probably, you arrive at the same point as Cartier-Bresson, but from the inside of the parabola. And that is for me the integration of the photographer with the subject of his photograph… An image is your integration with the person that you photographed at the moment that you work so incredibly together, that your picture is not more than the relation you have with your subject” (S. Salgado, Bloom interview)
No es triste el hecho que les den un premio por hacer esto, no es tampoco vergonzoso, es parte de su oficio, su trabajo, es la forma en que se ganan la vida, y no es por morbo, es por presentarnos el mundo, a nosotros expectadores, el mundo que muchas veces no queremos ver, el mundo con el que jugamos a la gallinita ciega.

3.12.2007

unas fotos

Estaba curioseando por el internet y me encontré con los ganadores del concurso de world press photo, vale la pena ver los seleccionados ganadores de este año
http://www.worldpressphoto.org/
:)

3.10.2007

los diminutivos mexicanos

Siguiendo con las cosas que mi amiga francesa notó sobre México (ella no habla mucho español, sólo "un poquitu"), dice que los mexicanos hablamos con muchos diminutivos, o con cantidades...
por ejemplo: muchísimas gracias, un poquitito, un momentito, ahorita, muchos besitos, etc.
Se dio cuenta de todo esto cuando yo hablaba por ella o pedía información, en el metro, en los camiones, en los restaurantes, en los hoteles. Y trataba de imitar las palabras, entonces cuando compraba algo decía "muchíisimas gracias" y la gente se reía de su pronunciación, pobrecita...
Pero aprendió muchas palabras así, y las usaba correctamente, "me da un poquito de agua?, muchísimas gracias".... a veces sonaba como si fuera un robot, con las mismas frases siempre, es chistoso ver esas cosas, darse cuenta que cuando uno dice las palabras en diminutivos no suena raro, pero cuando un extranjero las dice si suena muy gracioso. Y realmente me di cuenta que en México sí usamos más diminutivos que en España o en otros lugares de sudamérica, pero la verdad no estoy tan segura de eso, jajaja.
El chiste es que ella hizo una composición de palabras en diminutivo y de esta forma sacó muchas risas de mi y de una mesera en un restaurante, ahí les va:
"...señorita, ahorita me puede traer un panecito, una agüita, una servilletita, un cuchillito y mantequillita para comer un poquito, por favorcito? muchisimas gracias."

Narraciones del metro...mi ausencia

Si, lo sé, de pronto me desaparecí en entradas en mi blog, así pasa, sobretodo cuando tienes visitas del continente viejo (como le dicen por ahí).
Tengo muchas cosas que contar pero no sé cómo empezar... creo que empezaré por el asombro de mi amiga Raphaëlle ante la ciudad de México.
Era el 25 de Febrero, un día después de la celebración de nuestra bandera, íbamos en su primer visita al metro (línea 2) hacia el Zócalo.
Desde el principio Raph estaba asombrada de la limpieza, la continuidad y la rapidez del metro, me preguntó que dónde lo fabricaban y dije, pues sé que los vagones viejitos en Francia, evidentemente se le abrieron los ojos y dijo, claro, sí se parecen a nuestro metro, aunque más bonito.
Siguieron las preguntas de quién había creado los simbolitos de las estaciones y por qué el gráfico era más grande que la letra, y le expliqué que así era más fácil (bueno, esa fue mi primer respuesta) luego reflexioné y dije, bueno, tal vez porque gran parte de la población no sabe leer, o tiene problemas de vista (cataratas), mi tercera respuesta fue algo sobre el diseño gráfico, el arte prehispánico y la colonización (al cual entré en detalle, pero aquí no vale la pena mencionarlo)
A los 2 minutos Raph me dijo que era impresionante que vendieran tantas cosas en el metro, que hubiera tanta gente, que casi todos nos sonrieramos por algo que sucede en el metro, y terminó diciendo: "Sé que si vengo al metro de la ciudad de México, puedo conseguir absolutamente todo lo que quiero, sentada, en el transcurso hacia mi destino.... Me llevo mi producto, y muchas sonrisas, unos cuantos pisotones, pero me divierto... Ahora entiendo por qué te gusta tanto el metro y el DF, yo quisiera que así fuera el metro en Paris o en Londres"
Bueno, ese fue el principio de nuestro viaje, ahí luego les cuento más....