3.27.2006

a entender la comida 1

Ayer en la noche me preguntaba, a quién se le ocurrió formar una pirámide alimenticia, a quién se le ocurrió clasificar los alimentos, y a quién se le ocurre seguir todo lo que nos dicen que debemos de hacer con respecto a la comida.
Estaba preparando noodles como lo solía hacer hace unos cuantos meses... pero claro, los ingredientes eran diferentes, venían en un sobrecito que explicaba cláramente con texto y dibujos cómo debían ser preparados. Al final de las instrucciones siempre vienen las sugerencias, y en esta ocasión decía, no conviene combinar con mariscos. Tenía sentido, puesto que uno de los sobrecitos para condimentar el platillo tenía pollo, entonces hasta donde nuestro cerebro y nuestras experiencias nos dicen, difícilmente combinamos caldo de pollo con camarones. Pero por qué no, PARA QUÉ nos cerrarían las oportunidades al poner esa nota.
No me pude contener las ganas de experimentar con noodles sabor pollo y surimi (cangrejo de mentiras) claro que no es marisco, pero pues tiene la consistencia, la textura, el color y un poco de sabor a marisco, o por lo menos eso creo yo.
Mi experimento no sólo consistía en la combinación de sabores prohibida, sino también en poner menos agua, agregar otras verduras (para hacerlo saludable) y esperar un poco más tiempo del recomendado.
En este momento me encuentro probando mi experimento, claro, está frío y compactado a forma del recipiente que lo contiene. Sabe bien, no puedo decir que es lo mejor que he comido, pero es comestible, digerible y aporta un poco más de proteínas a nuestro cuerpo, o eso me imagino yo.
Quién dice que es más fácil seguir una receta, que es más fácil seguir las instrucciones? Yo personalmente creo que sólo complican la vida y nos controlan más.
Seguiré experimentando con más alimentos pre preparados aunque siempre me pregunte PARA QUÉ?

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